Música disco de los 90 con Pedro Antonio Hurtado en Música sin Límites
“Música sin límites” ha dedicado su espacio de este lunes, día 13 de noviembre de 2023, a realzar la música disco de los años ‘90”. Y comenzamos reconociendo que la gran eclosión de la música disco más auténtica se viene a producir en los años ’70, pero con formaciones, bandas, solistas, cuartetos, tríos y dúos que rompieron moldes en ese capítulo y hechizaron a los mercados, abarrotaron las pistas de las discotecas, llenaron recintos de enormes dimensiones y ofrecieron un culto excepcional que consistía en mover el esqueleto incansablemente, generando canciones que invitaban a ello de forma espontánea y casi automática.
Eran, por poner solamente unos pocos ejemplos, bandas como KC & The Sunshine Band, de Florida; Los hermanos Tavares, de origen caboverdiano; el trío australiano-británico, Bee Gees, también hermanos; The Ritchie Family, de Filadelfia; Earth, Wind & Fire, de Chicago, así como un montón de artistas más, quienes nos deleitaron con música que era capaz de conseguir evitar los gimnasios, por el fuerte ritmo que imprimían los aficionados que querían bailar esas composiciones colmadas de fuerza, llenas de intensidad y repletas de ritmo discotequero.
El vivero de formaciones fue inaudito y con un efecto multiplicador imparable. Pero se fueron sucediendo las décadas y cambiando los tiempos. Digamos, pues, que el final de los ’60 sirvió como para inaugurar el género con incipientes composiciones que, por supuesto, calaron fuerte, especialmente por el factor novedad. Fue en los ’70, como venimos diciendo, cuando se fortaleció el género de forma irrepetible y vinieron a otorgarle lujo, brillo y categoría unos artistas convencidos de que su futuro iba por esa magnífica senda. En los ’80 decreció la intensidad, aunque no la calidad y, llegados los ’90, todo descendió. No obstante, hubo composiciones excelentes, como las que ofrecemos en la entrega del programa al que nos estanos refiriendo, pero eran menos repetitivas y se creaba un número de canciones infinitamente inferior al de las décadas precedentes.
Las discotecas, por otro lado, decrecieron en su atractivo y tuvieron que reinventarse, de tal manera que su público se resistía a abonar una localidad por darse una vuelta, ver el ambiente, comprobar si había personas de su agrado y poco más. Entonces, se puso de moda la entrada con consumición, de tal manera que el que visitara el local y no encontrara lo apetecido tuviera, por lo menos, el aliciente de poder tomar una copa con lo que había sido la forzosa “inversión” de la entrada. Al final, todo quedó, excepto en las discotecas más selectivas de los territorios turísticos, en entrada libre para que los comerciantes de ese negocio pudieran recoger “el dividendo” mediante la venta exclusiva de consumiciones y poder, así, tener los locales abarrotados. El negocio también se fortaleció con la división entre la sesión de tarde, para la juventud, y la sesión de noche, para las parejas y público más maduro. Pero este “invento” ya venía generado desde los años ’70.
De una u otra forma, las discotecas fueron perdiendo fuelle, tuvieron que afrontar las quejas de sonido que molestaban a los vecinos cuando se hallaban ubicadas en los centros más comerciales de las ciudades y, finalmente, recurrieron a instalarse en polígonos industriales, donde la nocturnidad no existía con vecinos cercanos y la concurrencia a los locales podía gozar de los interiores y de los exteriores del recinto.
Finalmente y como resumen, digamos que los ’90 tuvieron en cuenta la música disco, sí, pero con menores valores y, por supuesto, con una intensidad de poca notoriedad, aunque sí es cierto que brotaron nuevas formaciones y artistas que eligieron ese camino para cosechar sus triunfos. Algunos de ellos son los que han dado contenido a nuestro programa y entendemos que nos sirven a todos, oyentes y ejecutantes, para conocer más de cerca a esos artistas, sus repertorios, sus versiones y todo lo que da de sí la música en uno u otro género. Pero mejor que relacionarlos aquí, es recomendar que se descarguen el programa y lo escuchen. Garantizamos que les gustará más o menos, pero, seguro, nos les dejará indiferentes.
Pedro Antonio Hurtado García