«Me quema el corazón cuando veo que en mi país solo hay miedo y pánico» es lo que dice uno de los usuarios afganos a PAREM

Begoña Iriarte nos visitaba en los micrófonos de Radio Compañía como portavoz de PAREM, la Asociación de Ayuda a Personas Refugiadas en Murcia, y como altavoz de algunas personas afganas refugiadas en nuestra región que están viviendo de lejos la situación de su país en el que reside familia y amigos y con los que, en algunos casos, no pueden ni comunicarse para saber cómo se encuentran. Testimonios que, según nos cuenta Begoña, han preferido mantener el anonimato a veces por miedo. También nos explica que una gran parte del país afgano está integrado por zonas rurales de las que apenas llega información, dado que los medios tienen acceso principalmente a la capital, Kabul. Uno de esos testimonios de etnia hazara y perteneciente a un área rural afirma «yo creo que los EEUU estaban en Afganistán por sus recursos naturales, no por proteger a los afganos, ahora que han conseguido lo que querían les da igual lo que está pasando allí… y ahora hemos perdido la libertad, la democracia y todo»… «las mujeres han perdido los estudios, el trabajo, la libertad. Los niños, las niñas, están perdiendo  a su madre, a su padre, a su hermano y a su hermana. Espero que el mundo no siga dando la espalda a los afganos».

Nos cuenta Begoña que «desde el Ayuntamiento de Molina nos han manifestado su preocupación y su colaboración para poder coordinar con PAREM el poder acoger a cuantas personas no sea posible en la casa de acogida que tenemos aquí con la ayuda del consistorio». Sin embargo, asegura Iriarte, todavía es pronto para saber qué medidas se adoptarán desde el Gobierno. En cuanto a la burocracia actual, solicita desde la asociación que «me gustaría que desde el Ministerio de Interior no hubiera tantas trabas a la hora de pedir cita en extranjería», y alude a que en general hay muchas trabas administrativas para una persona migrante, venga de donde venga y que, incluso «cosas tan sencillas como pedir cita es un camino que es innecesario, tanto es así que las citas a extranjería se venden».