La Cárcel acoge una exposición que muestra la Costa de la Región vista por escritores y con fotografías de Ana Caravaca

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La Cárcel acoge una exposición que muestra la Costa de la Región vista por escritores y con fotografías de Ana Caravaca
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Literatura y fotografía confluyen en la exposición «Costa Cálida, Costa de Letras: el litoral de la Región de Murcia en la literatura», con fotografías de Ana Caravaca, que se puede visitar hasta el 14 de febrero en la sala La Cárcel de Molina de Segura, tras ser inaugurada el pasado lunes.

La fotógrafa murciana ha señalado en una entrevista a Radio Compañía que  «realizar esta exposición para la Biblioteca Regional me ha hecho descubrir muchos rincones de nuestra costa que no conocía y son realmente maravillosos». Nos cuenta que ha recorrido diversos emplazamientos del litoral de la Región que han aparecido en diferentes obras literarias para captar la esencia de los paisajes que sedujeron a los literatos. En la muestra, junto a la fotografía se ofrece la referencia literaria.

Con todo ello, la muestra -que se inauguró en la Biblioteca Regional dentro de las actividades programadas para el Día del Libro en Murcia- lleva a través de la literatura y la fotografía un soplo de brisa marina a la sala de exposiciones La Cárcel,  por la que pasan cientos de personas.

Así, la exposición fotográfica-literaria muestra localizaciones como la Cuesta de Gos, mencionada por el aguileño Paco Rabal en sus memorias, o la Bahía de Águilas a la que hace alusión Pérez-Reverte en La carta esférica; también figuran Calnegre (Lorca), Mazarrón y Portmán (La Unión), de cuyas playas ha escrito Manuel Moyano; Cartagena aparece en textos de diversos autores, como Cervantes, Ramón J. Sender, Santiago Posteguillo o María Cegarra; Los Alcázares inspiraron a Juan Goytisolo y la obra Anoxia del murciano Miguel Ángel Hernández; a San Pedro del Pinatar le dedicaron parte de su escritura María Cegarra y Carmen Conde; y San Javier protagoniza poemas de Santiago Delgado.

Los textos que ilustran las bellas imágenes de Ana Caravaca representan diferentes géneros. Así, por ejemplo, Carmen Conde escribió los siguientes versos sobre el Mar Menor: «El mar, la mar, el aire, azules./ Blanca la sal de ellos nacida./ El viento, el sol, beben azul. / Queda la sal, espuma de los caballos de la mar. / Un grano de sal, floración del azul / que deja su pureza escondida. / Una gota de mar, ardiente lágrima».

Entrañable resulta, asimismo, la descripción de Paco Rabal del lugar donde se crió: «En mi carnet de identidad vienen un número que nunca he aprendido y, bien clara, la fecha en que nací: el 8 de marzo de 1926, en Águilas (Murcia). Lo que no pone es que había un gato, ni que la suerte habría de darme, como a los gatos, siete vidas. Tampoco dice nada de la Cuesta de Gos».

También se cuentan historias, como la que recoge María Cegarra sobre el Faro de Cabo de Palos: «En las faldas pétreas del faro había enterrada una monja. Ahogada en el naufragio de ‘El Sirio’. Dicen que era joven, delicada, bella. Intacta la devolvía el mar, pero muerta. Angélica gaviota en la tela del agua. Nadie preguntó por ella. Nadie vino a buscarla. La piedad de los hombres de la mar la depositó en la tierra, sin llanto, sin nombre. Sería el faro y el monte un inmenso, un grandioso mausoleo».

 

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