Ese romanticismo perdido y olvidado que tanto avanzó a través de la música

Cada semana nos afanamos en buscar un denominador común con el que construir un programa atractivo, agradable, de calidad y revestido de música entrañable.
En el “Música sin límites” de este lunes, día 29 de abril de 2024, dedicamos nuestro tiempo a un tema que cobró gran importancia en su época y que, actualmente y como decimos en el propio espacio radiofónico que nos ocupa, necesitamos recuperar, porque sus sensaciones, ventajas, atributos y resultados, forman parte de un bien colectivo que genera momentos bonitos, recuerdos inolvidables, situaciones imperecederas y compases musicales colmados de cariñosa y noble intención.
Durante el discurrir de la velada musical, en la discoteca, entonces, se colaban esos tramos de tiempo presididos por las denominadas canciones “lentas”, las que disfrutaban las parejas con bailes enternecedores, susurrándose al oído frases insuperablemente bonitas, declarándose su amor y poniendo de manifiesto sus indisimuladas intenciones.
Eran unos minutos que servían para aderezar y alimentar la relación, reafirmar el reciproco cariño que se tributaban las parejas y confirmando, así, que, de ahí, no podía salir nada malo o adverso, tal como el tiempo ha demostrado.
Hoy, todo eso se ha deteriorado. Y verse en una discoteca no tiene más sentido musical que embarcarse en saltos inmensos, ritmos alocados y baile “suelto”, como se le solía denominar a las canciones de ritmo más notable e intenso. Y es una pena que la juventud actual haya dejado perder esos momentos que, seguro, no han conocido, pero que deberían recuperar por lo bonito y agradable de su existencia y por lo mucho que llenó el escaparate musical ese género romántico al que apoyaban los boleros, baladas, canciones melódicas y todo aquello que hacía referencia al amor demostrado y a los sentimientos irrenunciables.
Era un género que nos introdujo considerablemente en la amorosa música italiana, la dulce canción francesa y las baladas americanas de todo tipo y condición. Por cierto, que convendrán con nosotros que las baladas más importantes que se han escrito, durante el último medio siglo, han sido paridas por artistas muy rockeros, lo que demuestra que hasta el rock más duro e imparable goza de sensibilidad para llenar veladas que pasarán a la historia de la música moderna. Y no ofrecemos nombres de canciones, ahí encuadradas, porque, con ello, seguro, confeccionaríamos una interminable lista de temas.
Y, en España, también hemos contando con intérpretes que se volvieron especialistas en cantarle al amor, a la relación de pareja, a la convivencia más romántica y a toda esa sensibilidad que siempre nos mantendrá fieles al recuerdo y a los momentos mejor vividos.
Y es que la música, según su género, nos transporta a situaciones, percepciones y momentos perfectamente identificados y acompañados, en cada caso, por los compases más apropiados a esas vivencias.