En Música Sin Límites: bandas españolas del pasado siglo XX que nos dejaron canciones inolvidables (tercera entrega)

Estamos “navegando” con este asunto desde hace tres semanas y nos queda una cuarta ocasión semanal para poner punto final al tema elegido, tema que, por cierto, no podíamos abordar con un programa de una hora de duración, como ya les venimos comentando. Había que habilitar, como hemos hecho, cuatro horas, al menos. Por lo tanto, será la próxima semana cuando despidamos esta materia para volver a otros asuntos.
No obstante, tenemos nuestras reflexiones al respecto. De una parte, que estos cuatro programas van a dejarnos unas 70 canciones españolas muy dignas de recordar, canciones que no hay que “esconder” porque, de una u otra forma, tienen su mérito, su importancia y su belleza. Y, además, también percibimos y recordamos a otras tantas bandas españolas de las muchas que han existido y existen, tal como tienen por muestra en el programa de este lunes, día 14 d abril de 2025, exactamente el de la tercera entrega de “Bandas españolas del pasado siglo XX que nos dejaron canciones inolvidables”.
Pero hay que asumir y admitir que los tiempos pretéritos eran mucho más copiosos en generación de bandas musicales y en espontaneidad compositiva. Hoy, no brillan las formaciones nuestras con aquella copiosidad. Y las hay muy buenas, pero no son tantas.
Una reflexión adicional se centra en que tampoco los grupos o bandas de los pueblos, siempre cercanas y más conocidas, no cuentan con la aceptación, ni el trabajo, ni la repercusión que tenían aquellos conjuntos locales que teníamos tan próximos.
Centrándonos en Murcia y su provincia y sin usar más chuleta informativa que la propia memoria, recordamos a “Los Celestes”, de Abarán; “Los Grillos”, de La Raya; “Rusadir”, de Murcia; Los Sixfer’s”, de Ceutí; “Los Roller Group” o “Los Jaguar Pop”, de Cieza; “Los Flash”, “La Orquesta Azul”, “Los Ases”, “Níquel”, formaciones, las últimas citadas, de la capital del Segura. “Guanábana” y “Los Sonámbulos” de Molina de Segura, así como otra amplia relación de grupos que no relacionamos porque la lista se haría interminable.
Es una manera de repasar esas fórmulas de diversión de las que hemos gozado y que, hoy por hoy, han perdido fuerza e impulso, pero que recordamos su existencia con mucho cariño.
Y es que la música, venga como venga y de donde venga, siempre llega y es bien recibida, aunque no negamos que nada más agradable, vibrante y divertido que gozar de sus compases cuando la música se presenta “en vivo”.
Pedro Antonio Hurtado García