El madrileño Antonio Rómar recibe en Molina el Premio Setenil por su obra De puro meteoro
El escritor madrileño Antonio Rómar ha recibido esta noche el XVIII Premio Setenil al mejor libro de relatos publicado en España por su obra “De puro meteoro”, de la editorial Aristas Martínez, de Badajoz . El autor estuvo acompañado por el alcalde, Eliseo García, y la concejala de Cultura, Soledad Nortes, así como por el vocal del jurado, el también escritor Antonio Ruiz Munuera, durante el acto celebrado en la sala de la torre nonagonal del Museo del Enclave de la Muralla de Molina (Mudem).
Antes Rómar participó previamente en el descubrimiento de una placa en un banco que lleva su nombre en el Paseo Rosales, como se ha hecho con los ganadores de ediciones anteriores. «La literatura es el arte de intentar nombrar lo que no tiene nombre», indicó el autor de De puro meteoro durante un encuentro que mantuvo con estudiantes del instituto Francisco de Goya, a los que aconsejó “sed vanidosos, pero no mucho»
Rómar indicaba, antes de recoger el Premio, que “no lo esperaba y es un trampolín extraordinario” en su carrera como escritor.
La de este año ha sido la edición más participativa de la historia de este galardón con 133 obras presentadas. Antonio es narrador, poeta y también profesor de escritura creativa. Dotado con 10.000 euros para el autor o autora del libro ganador, el Setenil es conocido como el Oscar del cuento.
Antonio Ruiz Munuera, escritor y miembro del jurado, admitía la dificultad de elegir entre 133 obras presentadas. De la obra de Rómar destaca su singularidad.
De puro meteoro
El libro ganador del XVIII Premio Setenil, De puro meteoro, contiene nueve relatos en los que Antonio Rómar despliega una colección de vidas tan esenciales como anónimas, con palabras que se disuelven tras la cortina de lluvia que barre muchas de estas historias. Tras el fresco naturalista de una tarde de verano, el trasiego de la sombra del dibujante abandonado, el vecindario donde llueven pájaros o la nostalgia que asoma al borde de una ventana de nieve, se esconden los ecos de sus protagonistas, que habitan una soledad impostada, en la paradoja que es convivir con sus ausencias.
En palabras de Pablo Mazo, “De puro meteoro es un libro insólito y extemporáneo; experimental, inteligente y juguetón, que abreva en casi todas las fuentes del cuento sin transitar nunca por sus caminos más trillados”.