El confinamiento perimetral multiplica las visitas a El Rellano al ser la pedanía más alejada del centro de Molina
El confinamiento perimetral decretado por el Gobierno regional, que prohíbe salir a los ciudadanos de sus respectivos municipios, ha propiciado que se multipliquen las visitas a los lugares más lejanos del término municipal, como son las pedanías de La Hurona y El Rellano, en el caso de Molina de Segura. En moto, en bicicleta, en coche o caminando, los molinenses acuden de forma más regular a estas pedanías, unos para hacer más kilómetros en sus vehículos de dos ruedas y otros andando para disfrutar del entorno del parque ecológico Vicente Blanes, donde existen varios recorridos señalizados, como el sendero de la Rambla del Chorro (PR MU-72) y el Sendero de la Sierra del Águila (PR MU-73).
“No nos queda otra a la gente que le gusta la naturaleza y el deporte senderista, porque también es el sitio más alejado y más despejado del pueblo, sin salir de Molina”, indica Fina quien, junto a su marido y otra pareja, recorrió la zona hace unos días. Aún se detecta más afluencia de público los domingos que abre sus puertas el Centro de Información de la Naturaleza Alto del Rellano, como ocurrirá este domingo, 15 de noviembre, en su horario habitual, de 10.00 a 14.00 h.
En este centro municipal se proporciona un servicio de información y acogida a los visitantes, donde además se puede descubrir el origen de los materiales que forman el relieve de esta zona y que le dan una gran variedad de colores. “Para conocer mejor la zona, lo idóneo es visitar la exposición permanente La historia de Molina a través de sus fósiles”, explica un vecino tras visitar esta muestra situada en el referido centro.
También desde dicho centro se proporciona toda la información necesaria acerca de los recorridos señalizados. Y es que el parque está flanqueado por cadenas montañosas que condicionan las características climáticas de esta zona y, por lo tanto, la presencia, distribución y crecimiento de las diferentes asociaciones vegetales del parque Vicente Blanes. “Esto, unido a la diferente naturaleza de los materiales geológicos que forman esta zona, hace que aparezcan diferentes colores y tonalidades, que convierten a esta zona del municipio en un enclave de gran interés paisajístico”, explica el concejal de Medio Ambiente, Mariano Vicente.
Cien millones de años
Entre estos materiales destacan los depósitos de rocas sedimentarias, como las areniscas o las margas, formadas hace unos 100 millones de años en el fondo del mar, que le dan a los suelos de esta zona una coloración ocre y amarillenta, predominante en esta zona. La presencia de yesos procedentes de la desecación de antiguas lagunas costeras de aguas salobres, especialmente en fondos de ramblas o en algunas laderas, salpica el paisaje de tonos blancos o rojizos.
Al igual que los tonos rojos del cerro de Los Coloraos, situado al oeste, y que es posible observar desde el Mirador de Lúgar. Se trata de un cerro formado por arcillas y areniscas de color rojo de más de 200 millones de años y que destaca en el paisaje por su característica tonalidad.
De cara a esta nueva jornada dominical, el concejal de Medio Ambiente anima a todos los vecinos “a descubrir la belleza de estos paisajes y cómo se han originado, así como la labor divulgativa y de conservación que desde este Centro de la Naturaleza se viene realizando a favor de la conservación y puesta en valor de los entornos rurales del municipio”