El confinamiento con nuestra familia de cuatro patas

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El encierro en nuestros hogares es también una oportunidad para pasar más tiempo con todos los miembros de la familia, incluídos los miembros más peludos, esos seres de cuatro patas que pueden ser son nuestro salvoconducto para salir a la calle y una fuente de amor y entretenimiento constante. Algunas familias murcianas nos cuentan cómo están viviendo estos días junto a ellos, sus mascotas, su familia.

 

Lydia, por su trabajo, vive de lunes a viernes fuera de su casa. Vive sola y tiene 2 gatos, Platanito y Neo. Ahora que desde el decreto de estado de alarma puede trabajar desde su casa, los gatos se preguntan <<qué hace tanto tiempo en su casa esta humana>>. No es que les moleste, Lydia diría, que, más bien, están encantados, pero han tardado en acostumbrarse a su presencia permanente. Ahora que ya han adquirido la nueva rutina, son, prácticamente un pegote, <<no me dejan ni a sol ni a sombra, en el sofá, mientras trabajo y también cuándo hago zumba intentando alcanzar los cordones de mis zapatillas>>. No hay forma de sentirse sola en su casa. Lydia es, además, voluntaria de la Asociación Equipo Bastet que se encarga de rescatar y buscar adopción a gatos callejeros. El confinamiento, como nos cuenta, no está siendo tan positivo para los gatos callejeros ya que muchas colonias felinas se pueden ver afectadas por el impacto económico que están sufriendo muchos alimentadores y alimentadoras que <<ya no pueden, por razones económicas, acudir a alimentar a los gatos de las colonias diariamente>> afirma Lydia que considera, además, que se están produciendo muchos abandonos durante estos días, tanto de gatos como de perros.

Los gatos de Lydia, Platanito y Neo, en su sesión de aseo diario

 

 

Juan Antonio y Moma, su perrita, viven en Murcia. Moma es una perrita muy especial que hasta tiene su propia página en Facebook, Moma: The amazing dog. A Moma una operación le paralizó las patas traseras cuando todavía era pequeña y gracias a un carro con ruedas adaptado especialmente para ella, nada le ha impedido ser la perrita feliz y juguetona que vemos en los vídeos que con tanto cariño graba su humano. El confinamiento no iba a dejar de ser otra oportunidad para mimarla y jugar con ella más que nunca. Sobre todo, en casa ahora que los paseos son más cortitos. <<Esa relación que tenemos hace que el tiempo pase de otra manera. No puedo decir que me sienta solo>>. Aunque ambos se han adaptado muy bien a esta rutina del confinamiento Juan Antonio también cree que Moma agradecerá volver a la normalidad <<para oler plantas nuevas, perritos nuevos y, por supuesto, para hacer sus escapadas de fin de semana>>. Juan Antonio está esperanzado, <<creo que la gente lo está llevando con bastante cabeza y eso me hace pensar que todo saldrá bien>>.

 

Marcos vive con su pareja, Carmen, en un piso en Murcia. En su caso, tienen el pack completo: dos perros, Lucho y Oto, y un gato, Miso. Más allá de pasar más horas con ellos, para Marcos el principal cambio que están experimentando estos días son las restricciones en los paseos. De salir al monte han pasado a hacer pequeñas salidas al solar de enfrente de su casa y eso, claro, se nota. Están ganando algo de peso, probablemente, como lo estemos ganando todos. Lo de su gato, Miso, es otra historia. Su rutina no ha cambiado en absoluto aunque, quizá, sí haya notado una mayor presencia de sus humanos y <<nos esté echando de más>> bromea Marcos, al que sí le preocupa cómo vayan a reaccionar los perros tras su vuelta al trabajo presencial. Especialmente, Oto que tiene ansiedad por separación y le cuesta estar tiempo solo, sin sus humanos. De momento, tanto Marcos como Carmen prefieren no pensar mucho en este tema y aprovechar este tiempo con ellos como uno de los pequeños regalos que nos deja esta crisis.

Lucho y Oto se suman a los aplausos de las 20h

Miso, el gato de Marcos y Carmen, al que no le afecta el confinamiento

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