«La perrera vuelve a estar llena y apenas salen adopciones»

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La situación actual del centro zoosanitario de Molina de Segura, es decir, de la perrera, es en palabras de Laura Belda, la presidenta de la Asociación Protectora de Animales de Molina (APAMS) <<un poco deprimente>>. La perrera vuelve a estar llena y no hay forma de descongestionar el centro ya que apenas salen adopciones durante estos días. Los viajes de animales a otras comunidades o países, algo habitual que suelen realizar desde la protectora, también se han visto limitados por las restricciones de circulación y el cierre de fronteras en algunos países como Alemania, un país con el que suelen colaborar habitualmente.

Estas dificultades añadidas a las que ya tienen de por sí, ha llevado a las voluntarias a tener que sacar espacio de donde no lo hay. <<Hay jaulas partidas en dos, una perra viviendo en una escalera, otra en el baño… están viviendo en espacios en los que no debería vivir nadie>> relata la presidenta de APAMS.  Algunos de los animales que han entrado al Centro, en estos últimos días, podrían haber sido fruto del abandono por el miedo a que los animales de compañía puedan transmitir el virus, algo que ya han desmentido desde numerosas instituciones internacionales y nacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y colegios de veterinarios.

De momento, las voluntarias puede seguir acudiendo al Centro para cuidar de los perros, siguiendo el protocolo fijado desde la Consejería de Sanidad. Aunque no es un protocolo que les sea extraño ya que, al fin y al cabo,  se trata de las mismas medidas que activan cuando se detecta algún virus en algún animal del centro, como la parvo o el moquillo, solo que ahora tienen que aplicarlo también entre las compañeras.  Los trabajadores de Sercomosa también están acudiendo al centro, como de costumbre, para realizar labores de limpieza y alimentación. Sí se han tenido que suspender, por el contrario, las visitas del educador canino o las de las posibles familias adoptantes.

Laura está muy agradecida a las clínicas veterinarias que les están echando una mano para sobrellevar todo esto,  <<incluso los fines de semana están dispuestos a abrirnos las puertas>>. Aunque, sin duda, lo que cambiaría por completo la vida de los animales que están en el centro durante estos días es que hubiera más casas de acogida, especialmente para algunos animales que por su estado de salud u otras circunstancias más lo necesitan. Es el caso de una cachorra de a penas 3 meses que ingresó el sábado en el veterinario y que ya ha tenido dos prolapsos rectales. Cuando salga de la hospitalización va a necesitar una casa de acogida dado que entrar a la perrera podría empeorar su estado de salud. Aunque la presidenta de APAMS advierte que las acogidas deberían ser indefinidas y no tanto temporales. Un animal que conoce el calor de una familia y tiene que volver después a una jaula <<sería lo peor, su ansiedad incluso aumentaría y no les beneficiaría en nada>>. Solo en algunos casos como en momentos de recuperación tras una cirugía o en el caso de animales que ya están reservados o tienen una fácil adopción las acogidas temporales podrían ser útiles.

Desde la protectora esperan que esta situación ayude, al menos, a concienciar a muchas personas <<de lo que se siente al estar encerrados las 24 horas del día durante toda la vida. Por suerte, para nosotras, simplemente va a ser una situación de paso pero para muchos animales no lo es. Para animales que viven en granjas, en zoológicos, en perreras, en laboratorios… a ellos les espera  una vida de miseria y encierro>>. Belda espera también que esta situación ayude a concienciar a la gente que hay que seguir luchando por una sanidad pública y que cuando pase todo esto <<no solo se quede en aplausos desde el balcón, sino que la gente salga a la calle para exigir derechos, de las personas y de los animales, y una comunidad más justa para todo el mundo>>. El COVID-19 llega en un año que estaba siendo positivo para la protectora desde el punto de vista de las adopciones y Laura espera que a pesar de este receso, que lo está siendo para todos, puedan acabar el año con más adopciones que abandonos.

Desde el programa CES para el control de las colonias felinas del municipio también están pudiendo desarrollar su labor con normalidad. <<Cuando se decretó el estado de alarma vivimos un momento de mucho agobio, porque no sabíamos si íbamos a poder salir a la calle para seguir alimentando y cuidando de las colonias felinas>> nos cuenta Jessica, una de las voluntarias del programa. Por suerte, pueden seguir haciéndolo,<<llevando las medidas higiénicas adecuadas, y como siempre, tratando de priorizar horarios de menor afluencia y utilizando el tiempo indispensable>>. Los voluntarios disponen de carnés de alimentadores expedidos por el Ayuntamiento de Molina de Segura, que les habilita para alimentar y gestionar las colonias felinas del municipio, y además cuentan con unos certificados que la veterinaria municipal ha remitido a la Policía Local, para una mayor coordinación.

Aunque los voluntarios en Molina de Segura no están teniendo ningún problema Jessica reconoce que la situación no es igual en otros municipios,<< no hay que olvidar que la mayoría de ayuntamientos no emiten carnés de alimentador ni promueven la esterilización y el control sanitario de estos animales, ignorando en su mayoría a los gatos callejeros. Las personas que altruistamente los alimentan e intentan mejorar sus vidas, deben estar pasando unos momentos muy duros por verse totalmente desprotegidos y temiendo más que nunca que les impongan una multa>>. En nuestro municipio, aunque se puede seguir alimentando a las colonias felinas y se pueden seguir realizando rescates urgentes, la captura de gatos ferales para su esterilización se ha paralizado por lo que  las colonias felinas que a día de hoy están controladas podrían verse afectadas con la aparición de nuevos individuos no esterilizados.

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